miércoles, 8 de octubre de 2014

Letras feministas

El pasado Viernes 03 de Octubre hubo un Taller de Letras y Feminismo, en Casa ITESO Clavigero. Dentro de las temáticas en las que pude estar presente, se habló acerca de lo que es el símbolo de una mujer en el sistema machista, incluso en la política (movimiento de izquierda “a favor” de las mujeres); de cómo muchas mujeres se unen a causa de factores dañinos para su género tanto personal como socialmente.
Esto me puso a pensar bastante en cómo se ha hecho desde un inicio para que sea el hombre quien rige a la sociedad. Incluso cuando se habla de presidentes femeninos la población se altera pensando que tal vez el puesto le pueda “quedar muy grande”. ¿Por qué se desconfía tanto de la mujer cuando se trata de algún trabajo que sea fuera del hogar? La respuesta es simple, el hombre está acostumbrado a que siempre sea el primero en todo. Sin embargo, si nos remontamos al inicio de los tiempos (de acuerdo a la antigua biblia judía), quien fue la primera esposa de Adán no fue Eva, sino Lilith. Según la mitología, ella era una criatura espontánea y libre, muy bella y seductora. Sin embargo, no acataba las reglas que se le establecían y prefería seguir su propia voluntad, lo que la llevó a un fin bastante desagradable para ella en ésa época, bajo ése contexto.

“Lilith contiene en sí elementos suficientes que, sin hacer una valoración moral, sí nos permiten en cambio pensar en un patrón típico de lo femenino caracterizado por rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación con el propio ser y el propio deseo que desde nuestra mentalidad la hacen conceptualizar como individuo libre. El mismo hecho de su "ocultamiento" en las profundidades nos mostraría que el factor Lilith puede estar en determinadas mujeres reprimido, oculto en su propio interior, mas permanece latente y actúa desde las propias profundidades”.

Entonces, ¿qué se hizo? Se desterró a Lilith y se le otorgó a Adán una “nueva esposa”, Eva. Quien fue más dócil y recatada para lo que se debía (aunque ella también cometió un pecado, por lo que se le juzgó y desterró junto con Adán después).
Hay mucho conocimiento que no se ha registrado de ésa época. ¿Por qué? Sólo hay registros desde que Adán y Eva vivieron en el Edén. Tal vez no era conveniente escribir acerca de la rebeldía y autonomía de Lilith. Demostraría que una mujer puede hacer la diferencia entre lo que se debe hacer y lo que se quiere hacer.
Cada quien escoge su camino, cada quien decide quién ser, cómo ser, qué hacer. La diferencia está en que nosotros mismos lo creamos. Siendo un punto de vista enfocado a lo feminista o no. Tenemos conciencia y tenemos voz, así que hay que usarlas para nuestro propio bien. Ser mujer es algo único, no lo desperdiciemos.








Bibliografía



Para más información, dejo éste link:

¿Sentido? ¿Común? ¿Sentido común?

Muchas veces pensamos que el sentido común debe ser eso… sentido común. Ni siquiera nos ponemos a pensar de dónde viene, ni cómo podemos definirlo. Simple y sencillamente decimos “pues… es sentido común”, e incluso hacemos un gesto como indicando “es obvio, ¿no?”.
La pregunta es ¿de dónde viene? Pues parece ser que la sociedad humana fue la que lo creó. En base a las experiencias que hemos tenido, a lo que se ha vivido, las situaciones y/o problemáticas que hemos tenido que pasar, hemos resuelto que es mejor tener conocimiento de las cosas como si fuera algo obvio, algo que está implícito como “sentido común”. Sin embargo, si cambiáramos de cultura, por ejemplo en Japón, tal vez muchos puntos del sentido común cambian.
Es muy favorable para nosotros el hacernos de ésta herramienta para poder vivir satisfactoriamente día con día, pero también tiene aspectos no tan positivos que nos hacen transformarlo y moldearlo de la manera en que mejor nos parece (no generalizo).
Cuando hablamos de algo que no queremos explicar, pero que es obvio para muchas personas y para otras no, decimos “es por sentido común”. En otras ocasiones es porque no sabemos cómo explicarlo.
         -Mamá, ¿por qué no puedo salir a jugar?- pregunta el pequeño de 5 años a su madre.
            -Pues porque sólo tienes 5 años, y además no has terminado tu tarea- responde la madre.
            -Pero no entiendo, ¿por qué?
            -Porque tienes que ganarte las cosas.
Después de ésta respuesta el niño se queda pensativo y, después de un rato, dice:
            -Entonces, ¿por qué tú sales siempre? ¿Cómo te ganas las cosas? ¿Qué tareas haces para “ganarte las cosas” y salir siempre?
La madre se queda sorprendida y, al no saber qué contestar, sólo responde:
            -Pues porque yo soy una mujer adulta, soy tu madre y tengo mandados que hacer siempre. Yo soy grande y tú eres pequeño. Es por sentido común, hijo. Termina de hacer tu tarea o no hay televisión.

El “sentido común” simplifica muchas cosas, pero complica otras. Un niño pequeño no podría distinguirlo, debido a su corta madurez cognitiva. Hay que ponernos a pensar cómo podríamos diferenciar el sentido común de las cosas que sí debemos explicar, de las cosas que necesitan una razón para tener sentido.
Es algo que nos toca trabajar a nosotros, los humanos. Sin embargo, esto no significa que no haya sentido común en otras especies. La diferencia es que, en otras especies, el sentido común es más viable para la sobrevivencia, que para la convivencia. Nosotros no diferenciamos una de otra en la mayoría de los casos. Por la cultura y por las futuras generaciones, debemos aprender a hacerlo.

Dejo el siguiente vídeo acerca de la misma temática, por si gustan verlo.


viernes, 3 de octubre de 2014

Cultura entre culturas

Existen muchos tipos de culturas, costumbres, hábitos y estilos de vida. Pero es cada población la que diferencia todo esto. Es cada comunidad la que hace distinguirse a una cultura de otra.

Yo vivo en México, en Guadalajara. Aquí, la cultura es diferente a la de mi ciudad natal y, he de mencionar, tiene cosas que me agradan y desagradan. Dentro de las que me desagradan, se encuentra el machismo; ése es el punto número uno. El machismo es típico en mi país, pero aún más en el estado de Jalisco.

Segundo, la cultura de “no pasa nada”, junto con el conformismo. Curiosamente éstos se ligan íntimamente. Explicaré porqué.

Según Lewis (en Lugo, 1985) el hacinamiento, promiscuidad, uso de la violencia para zanjar cualquier diferencia o para "educar" a los niños, golpizas frecuentes contra la esposa o la madre, alta incidencia de abandono de hijos y esposa, autoritarismo y ausencia de privacidad, incesto, violación, adulterio y bigamia, escandalizaron a las conciencias mexicanas, que prefieren adoptar la actitud “hacerse de la vista gorda” ante los problemas que pueden escapar al control familiar o social.

¿Cómo podemos solucionar esto? O mejor dicho… ¿tiene solución? Cada individuo tiene el poder de decidir sobre su propia vida. El conformismo y “la vida que me tocó” (“la cruz que me toca cargar”) pueden parecer sólo excusas ante el temor o inseguridad de algo que no sabemos hacer o no conocemos. ¿Qué tanto podrá costar el tomar un pequeño riesgo?

Si nos quedamos estancados en ése punto, probablemente nos estancaremos en otros que tenderán a crear una cadena (círculo vicioso) en el que nos atraparemos a nosotros mismos. Tenemos todo un universo de posibilidades, sólo es cuestión de adoptar el que queramos.



Amenizando un poco el rato, dejo éste link con una canción de la cantautora mexicana Julieta Venegas.

http://www.youtube.com/watch?v=_QfqMQx1BfM







Bibliografía:
Lugo, C. (1985). Machismo y violencia. Nueva Sociedad. N. 27 (Pp. 40-47).