Muchas veces pensamos
que el sentido común debe ser eso… sentido común. Ni siquiera nos ponemos a
pensar de dónde viene, ni cómo podemos definirlo. Simple y sencillamente
decimos “pues… es sentido común”, e incluso hacemos un gesto como indicando “es
obvio, ¿no?”.
La pregunta es ¿de
dónde viene? Pues parece ser que la sociedad humana fue la que lo creó. En base
a las experiencias que hemos tenido, a lo que se ha vivido, las situaciones y/o
problemáticas que hemos tenido que pasar, hemos resuelto que es mejor tener
conocimiento de las cosas como si fuera algo obvio, algo que está implícito
como “sentido común”. Sin embargo, si cambiáramos de cultura, por ejemplo en
Japón, tal vez muchos puntos del sentido común cambian.
Es muy favorable para
nosotros el hacernos de ésta herramienta para poder vivir satisfactoriamente
día con día, pero también tiene aspectos no tan positivos que nos hacen
transformarlo y moldearlo de la manera en que mejor nos parece (no generalizo).
Cuando hablamos de
algo que no queremos explicar, pero que es obvio para muchas personas y para
otras no, decimos “es por sentido común”.
En otras ocasiones es porque no sabemos cómo explicarlo.
-Mamá, ¿por qué no puedo salir a jugar?- pregunta el pequeño de 5 años a
su madre.
-Pues
porque sólo tienes 5 años, y además no has terminado tu tarea- responde la
madre.
-Pero
no entiendo, ¿por qué?
-Porque
tienes que ganarte las cosas.
Después de ésta respuesta el niño se
queda pensativo y, después de un rato, dice:
-Entonces,
¿por qué tú sales siempre? ¿Cómo te ganas las cosas? ¿Qué tareas haces para
“ganarte las cosas” y salir siempre?
La madre se queda sorprendida y, al
no saber qué contestar, sólo responde:
-Pues
porque yo soy una mujer adulta, soy tu madre y tengo mandados que hacer
siempre. Yo soy grande y tú eres pequeño. Es por sentido común, hijo. Termina
de hacer tu tarea o no hay televisión.
El “sentido común” simplifica muchas cosas, pero complica otras. Un niño pequeño no podría distinguirlo, debido a su corta madurez cognitiva. Hay que ponernos a pensar cómo podríamos diferenciar el sentido común de las cosas que sí debemos explicar, de las cosas que necesitan una razón para tener sentido.
Es
algo que nos toca trabajar a nosotros, los humanos. Sin embargo, esto no
significa que no haya sentido común en otras especies. La diferencia es que, en
otras especies, el sentido común es más viable para la sobrevivencia, que para
la convivencia. Nosotros no diferenciamos una de otra en la mayoría de los
casos. Por la cultura y por las futuras generaciones, debemos aprender a
hacerlo.
Dejo el siguiente vídeo acerca de la misma temática, por si gustan verlo.
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