domingo, 14 de diciembre de 2014

Problemas... problemas everywhere

Dentro de las problemáticas que identifico respecto a la calidad de vida en nuestro entorno urbano, se encuentra el salario, que puede ser suficiente apenas para comer en el día para unos, y puede ser estúpidamente excesivo para otras personas. También están los productos básicos necesarios, servicios  de salud, servicios escolares, estatus socio-económico, el transporte urbano, discriminación, y podría mencionar más, pero realmente no terminaría.

Desde el punto de vista de la cultura mexicana, éstos problemas realmente se ven como algo por lo que “hay que pasar” para poder llevar una vida en paz. Aunque muchos no se dan cuenta de lo que pasa en verdad, de todo lo que esto involucra y de cómo tiene impacto en la vida que se desea vivir en paz. Por esto se dice que México es el país del “no pasa nada”, y la mayoría de la ciudadanía se rige por el conformismo, por la costumbre al “pues nos tocó chingarnos”. Sin embargo, poco a poco se nota cada vez más la diferencia que puede hacer el pueblo mexicano por su patria. Hay que esperar a ver cómo resulta esto.

En cuanto a lo psicológico, la única manera que tenemos de abordar éstas problemáticas es tratando con cada persona individualmente en su terapia. Si se quisiera hacer otra cosa, tendría que ser con un banco de psicólogos y convertir el motivo en algo más asociativo. Sin embargo, conseguir apoyo para realizar algo así estaría prácticamente en chino. Es por esto que, por ahora, lo mejor es dar atención especializada a cada persona por separado. Tratar con una sola situación a la vez, en vez de querer hacer todo y terminar haciendo nada.


En cuanto a éstas problemáticas que tienen nuestra calidad de vida. Creo que es cuestión de cada quien tratar de hacerlo mejor día con día. Por mi parte, trato de dar un poco más diariamente, así sean cosas pequeñas. Así sea comprarle un mazapán a una señora que vende dulces en un semáforo, creo que cuando le decimos “sí” a alguien, le cambia el rato. Ya es un progreso más. Si hacemos esto con más frecuencia, se crearía una cadena de favores interminable, logrando que la humanidad entera cambie favorablemente. Ése es mi compromiso con los problemas que nos brinda el concepto de la calidad de vida. Dar un poco más cada día. Todos debemos intentarlo. Todos debemos apoyarnos. 




viernes, 5 de diciembre de 2014

VIH: ¿Ignorancia o indiferencia?

El pasado Viernes 28 de Noviembre, me tocó asistir, junto con la mayoría de mis compañeros, al Día Mundial de la Prueba del VIH. Era increíble. Había gente por montones porque fue Viernes, día de paga, en el Centro de Guadalajara (el cual se llena muy seguido en días así) y, por si fuera poco, eran las 6 de la tarde. Sin embargo, lo más increíble era que, a pesar de estar ahí las organizaciones de COMUSIDA y COESIDA, aplicando pruebas gratis y regalando algunos preservativos, y dando conferencias informativas acerca del virus y todo lo que conlleva, había mucha más gente reunida alrededor de un perro y un payaso que estaban haciendo un acto justo a un lado de las carpas del evento.

Al inicio, parecía que la gente se acercaba por curiosidad, pero cuando empezaban a ver de lo que se hablaba, cómo se enseñaba a poner un preservativo masculino, que se mencionaban actividades de riesgo, empezaron a quedarse cada vez más y más gente. Aunque, aun así, ganaba el perro.

Cuando hablamos de VIH, hablamos de un virus que ataca a las células que conforman el sistema inmunológico de una persona y, cuando no se trata a tiempo, éste puede acabar con él, dejándonos expuestos a que nos podamos enfermar de cualquier cosa, que eventualmente terminaría matándonos. Esto es lo que la mayoría sabe, de quienes están informados.

Lo que muchos no saben, es que podemos estar rodeados de personas viviendo con VIH sin ningún problema, sin ningún prejuicio, sin ningún estigma. El modo en el que podríamos contagiarnos sería por contacto sexual sin protección, alguna riña en la que se pudiera salpicar sangre, por nacimiento, o por uso de objetos punzocortantes que hayan estado previamente en contacto con alguna persona infectada con el virus.

Fuera de lo mencionado anteriormente, no tiene por qué haber problema en el llevar una amistad o una relación con una persona con VIH.
Muchas veces la gente se pierde en el estigma de lo que esto provoca. Lo único que se logra es dañar a la otra persona, porque siguen teniendo sentimientos, emociones, pensamientos y un corazón. Lo único distinto es que viven con una enfermedad como cualquier otra.


Tratemos de ponernos en los zapatos de la otra persona y consideremos, ¿cómo sentiríamos si fuéramos nosotros mismos viviendo con VIH? No seamos tan duros y prejuiciosos con los demás.


Entre multitudes...

Hace alrededor de 3 meses México está bajo protesta, aunque decir “México”, suena un poco general, porque tampoco puedo hablar por la población entera.

Mejor dicho, gran parte de la población mexicana está bajo protesta y, la razón de éste suceso, se debe a que hubo un genocidio de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero. No escribiré más relacionado a dicho acontecimiento por salvaguardar la integridad de este blog. Sin embargo, sí comentaré la opinión personal de los sucesos posteriores a dicho evento.

Desde que sucedió esto, en todo el país se han puesto en marcha algunas protestas en muchos estados de la república. Específicamente, en Jalisco también ha habido algunas y, personalmente, he logrado asistir a 3 de ellas. La última a la que fui, se mencionó que ha sido una de las marchas pacíficas más grandes del estado en años.

Lo que puedo expresar de dicha experiencia es que la gente mexicana se siente cansada. Yo, como persona externa al suceso, logro distinguir que los ciudadanos están hartos de que pasen situaciones como ésta en el país y que el pueblo siga sin hacer algo al respecto. No es algo que ha sucedido una vez, ni es la segunda, ni la tercera. Sin embargo, ésta vez fue diferente. Ésta vez, ya se siente la sinergia del pueblo que va creciendo con cada día que pasa. La gente está inconforme, infeliz, y se pide a gritos (literalmente) la renuncia del presidente.

Cada vez tiene mayor impacto éste evento porque ya no es algo que esté sucediendo sólo dentro del mismo país, sino que ya se manifiesta a nivel internacional. Hay muchos países en protesta por el genocidio estudiantil.


Ahora nos toca pensar a nosotros, ¿hasta cuándo soportaremos que se nos trate de tal manera? ¿Hemos dejado de ser personas íntegras y dignas? Todos merecemos que se nos trate como seres humanos, no como algo de lo que se puede disponer libremente. Hagamos el esfuerzo de tratar y ser tratados como tal, como seres humanos, dignos e íntegros.