Hace alrededor de 3 meses México está bajo protesta, aunque decir
“México”, suena un poco general, porque tampoco puedo hablar por la población
entera.
Mejor dicho, gran parte de la población mexicana está bajo protesta y, la
razón de éste suceso, se debe a que hubo un genocidio de 43 estudiantes
normalistas de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero. No escribiré más
relacionado a dicho acontecimiento por salvaguardar la integridad de este blog.
Sin embargo, sí comentaré la opinión personal de los sucesos posteriores a
dicho evento.
Desde que sucedió esto, en todo el país se han puesto en marcha algunas
protestas en muchos estados de la república. Específicamente, en Jalisco
también ha habido algunas y, personalmente, he logrado asistir a 3 de ellas. La
última a la que fui, se mencionó que ha sido una de las marchas pacíficas más grandes
del estado en años.
Lo que puedo expresar de dicha experiencia es que la gente mexicana se
siente cansada. Yo, como persona externa al suceso, logro distinguir que los
ciudadanos están hartos de que pasen situaciones como ésta en el país y que el
pueblo siga sin hacer algo al respecto. No es algo que ha sucedido una vez, ni
es la segunda, ni la tercera. Sin embargo, ésta vez fue diferente. Ésta vez, ya
se siente la sinergia del pueblo que va creciendo con cada día que pasa. La
gente está inconforme, infeliz, y se pide a gritos (literalmente) la renuncia
del presidente.
Cada vez tiene mayor impacto éste evento porque ya no es algo que esté
sucediendo sólo dentro del mismo país, sino que ya se manifiesta a nivel
internacional. Hay muchos países en protesta por el genocidio estudiantil.
Ahora nos toca pensar a nosotros, ¿hasta cuándo soportaremos que se nos
trate de tal manera? ¿Hemos dejado de ser personas íntegras y dignas? Todos
merecemos que se nos trate como seres humanos, no como algo de lo que se puede
disponer libremente. Hagamos el esfuerzo de tratar y ser tratados como tal,
como seres humanos, dignos e íntegros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario